Muchas veces doy por sentado mis dos piernas, mis brazos, la vista, el gusto y el olfato.
La capacidad de analizar, de reflexionar, de construir valores creo que es algo que nos pertenece a tod@s también.
Otras veces doy por sentado mi hogar, la comida diaria, la ducha, la atención sanitaria.
Mis amig@s, familia, pareja, conocid@s… a esos también l@s doy por sentado, incluso a l@s enemig@s.
Sobre la calma de vivir en un territorio de paz, la seguridad y los derechos también creo que es algo que siempre estará ahí.
Y así podría continuar una larga lista. Día a día doy por sentado muchas cosas, las tomo como propias o innatas, pero no es cierto (si existe una certeza), no es así, en cualquier momento puedo perder cualquiera de ellas, puedo tener un accidente y no poder bailar mas, entonces… ¿Quién sería yo?
Esta impermanencia me ayuda a no construirme sobre pertenencias, etiquetas, y un yo, porque todo es efímero y vacío por su propio lado. Y a su vez, a agradecer todas las cosas preciosas que tengo en este instante, sabiendo que pueden desvanecerse en cualquier momento y que, en cierto modo, de mis acciones, pensamientos y palabras depende lo que “me voy” a encontrar después.
Gracias,
Ojalá todxs los seres seamos felices.
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas.