Muchas veces me he enfadado conmigo misma por no poder hacer mas, por no llegar más lejos y en la quietud del sofá me doy cuenta de que hago lo que puedo, y lo mejor que puedo.
Me ha ocurrido que por cargar la máquina en exceso he acabado exhausta y haciendo todo lo contrario a lo que quería, debido a la sobrecarga y a no dedicarme tiempo para recargar energía.
Darme cuenta, con amor y humildad, de que llego hasta dónde puedo llegar, me permite ver al resto de seres con estos mismos ojos.
Si en algún momento me hubiera gustado que alguien hiciera más por mí, o que hubiera actuado de otro modo, me recuerdo que esa persona ha hecho lo máximo que podía, porque si todxs podríamos no creo que nadie dudara en ser un Ghandi, Teresa de Calcuta o Dalai Lama, seres que contribuyen a la paz y al amor.
Aceptando a todxs los seres y sus capacidades es como contribuyo a plantar semillas de amor y compasión, es como me libero de mis etiquetas y comprendo que hay algo mucho más poderoso que lo que es visible a la vista.
Hacer lo que se puede, con esfuerzo, motivación y amor.
Muchas gracias y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas.