Cuando estoy malita o paso por un mal momento es un precioso tiempo para darme cuenta de la sencillez de la vida, de las pocas cosas que necesito para ser feliz y de cual es el origen de la verdadera felicidad: permanecer en el aquí y el ahora con amor y compasión.
Es tiempo de agradecer y recordar a todos los bellos seres que me acompañan, me han acompañado y me acompañarán, porque todos ellos me ayudan a conocerme un poco más, a ir a la raíz del ser.
Es tiempo de recordar todas las coladas, comidas, aguas, limones, zumos por las mañanas, canciones, meditaciones, ratos de out off control que me habéis regalado.
Es tiempo de ver que mi cuerpo se va degenerando día a día, y que no es más que un vehículo, maravilloso por otro lado, que me acompaña.
Tiempo de ver que la persona que está a mi lado conoce mi vulnerabilidad, mi existencia humana, limpiandome la cara si vómito si es necesario y permaneciendo a mi lado en las etapas de la vida, con verdadero amor.
Es tiempo de aceptar el tiempo y sus vueltas, de aceptar, de soltar y de confiar en el camino.
Muchas gracias a todxs y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!