Durante muchos años he unido el perdón a la culpabilidad, el auto castigo o el castigo de terceros o a terceros, a la pena por obrar mal, o lo que es lo mismo, a observarme desde una posición de mala o indeseable.
Con los años he cambiado mi percepción del perdón, entendiéndolo ahora cómo una consciencia, condicionada, de que lo que he hecho me ha dañado o ha dañado y una búsqueda de los porqués de esos comportamientos y sus antídotos.
Desde esta perspectiva me doy cuenta de que no hay culpables, ya que todo es debido a una causas y condiciones, pero lo que si que hay, es una oportunidad de cambio, de aumentar la atención y la comprensión de la ley de interdependencia para conseguir ser quiénes hemos venido a ser, para la cesación.
El perdón me ayuda a ver mis limitaciones y todo el trabajo que tengo por realizar, pero no me siento triste o dañada conmigo, sino que entiendo que es la energía que me ayuda a poder llegar a la sabiduría, a querer alcanzarla.
El perdón libera y une, porque permite amar a todos los seres tal cual son, sin intentar cambiarlos, generando bienestar y calma interior.
Muchas gracias y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!