Después de dos semanas sin hacer yoga antes de ayer retomé mi práctica con sus preciosos aprendizajes además de sus ya conocidos beneficios: contacto con el cuerpo y su respiración, el momento presente, la consciencia de lo que ocurre, la apertura al universo…
Recordé, al sentir mi cuerpo, cómo si no practicas día a día los músculos vuelven a tensarse, vuelves a contraer lo que en su día estaba estirado y a “perder” cierta flexibilidad. Lo mismo ocurre con nuestras tendencias y patrones limitantes, sino trabajamos en ellos a cada momento, sino prestamos atención a lo que ocurre, vamos a conducirnos a los mismos lugares con sus mismas o parecidas circunstancias. Recordar la importancia de la perseverancia y su verdadera motivación.
En segundo lugar observé cómo el cuerpo y la mente retiene lo ya aprendido, cómo ningún paso es dado en balde y cómo de importante es practicar cuando nos encontramos con ganas, cuando nuestro ser nos impulsa a hacerlo. Aprovechar el tirón del ser que lucha por salir para dar raíces de manera que el poso continúa llamándonos cuando la mente silencia al ser.
Y sobretodo, recordé cómo me encanta aprender de cualquier circunstancia y que la vida son preciosos momentos.
Muchas gracias y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!