Recuerdo desde pequeña jugar a cartas con amama y aitxitxe después de comer, recuerdo pasarlo muy bien, reír, enfadarme…, y también recuerdo cómo estaba totalmente prohibido hacer trampas. Del mismo modo que a las cartas, me enseñaron que en la vida se juega con las cartas boca arriba, sin esconder lo que hemos hecho o quiénes somos, sin intentar quedar bien o agradar, sencillamente me enseñaron a ser lo más honesta posible.
Con los años me doy cuenta de que hay gente que se dedica a jugar con trampas, ocultando, escondiendo, zigzagueando, creyendo que así conseguirán objetivos sin darse cuenta de que lo único que consiguen es perderse a sí mismxs.
En estos casos no hay culpables, sino una educación, una creencias, unos patrones de comportamiento estancados…, pero hoy quiero que nos paremos por un segundo a pensar si estamos siendo honestxs con nosotrxs mismxs, con el resto de seres, o por el contrario estamos usando las trampas.
Destapar las cartas nunca resultó sencillo porque podías perder, quedarte al descubierto, llorar, caer…, pero es preferible hacer frente a todo ello que vivir toda una vida trampeando, porque el/la únicx que acaba perdiéndolo todo eres tú.
Aceptar y vivir. Aceptar y ser. Aceptar.
Muchas gracias y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!
Me ha gustado mucho.
Qué razón tienes.
Feliz dia
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona