A veces basta con sentarte un ratito a solas y ver pasar a la gente para darte cuenta de qué distintxs y qué iguales somos todxs. Diferentes culturas, religiones, procedencias, creencias pero iguales corazones latiendo a cada instante.
Cuando puedas, siéntate y observa en profundidad este hecho, no desde la mirada que solo atisba a ver un color, una lengua o una ropa, sino desde la mirada profunda que comprende que todxs somos exactamente iguales, mismxs seres queriendo ser felices, queriendo vivir en paz y armonía.
Hoy, antes de juzgar, observa.
Muchas gracias y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!