De vuelta al mundo tecnológico, al mundo de metros, listas de la compra y tareas pendientes. El domingo volví a coger el móvil después de 12 días sin hacer uso de él y al intentar añadir un contacto nuevo me descubrí incapaz de hacerlo, me observé mirando el aparato sin saber qué teclas tenía que pulsar, qué tenía que hacer y el corazón me empezó a latir un poco mas veloz.
En ese momento me di cuenta de lo que me tocaba; volver a operar en parámetros en los que mi ser natural no estaba acostumbrado a operar salvo por el aprendizaje a lo largo de tantos años dentro de esta forma de vida. Me di cuenta de que pasaba de pasear, meditar, comer y dormir, al mundo en el que tienes que operar con máquinas, tiempos y muy lejos de tu ser.
No lo tomo como un castigo, ni mucho menos, sino como una práctica a abandonar cada día un poco más esos hábitos que me alejan de la escucha de mis sensaciones, que me envuelven y me alejan del momento presente, que me meten en una vorágine donde no hay presencia sino carrera.
Estoy muy agradecida de lo vivido y también de donde estoy ahora, de este instante.
Aprender de cada uno de los momentos y aceptarlos. Abrirnos a las oportunidades que nos ofrece cada uno de ellos y ser felices aquí y ahora.
Muchas gracias y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!