En algún momento de mi vida olvidé quién era y cuál era mi camino, y diría más, en algún momento no había ni alguien a quien reconocer, ni camino que seguir.
A veces nos ocurren sucesos que hacen que nuestros cimientos tiemblen, que nos miremos pero no nos veamos, que no nos reconozcamos en el papel que estamos interpretando y que tengamos que buscar y buscar hasta encontrar a nuestro ser profundo. Lo bonito de estos sucesos es que nos llevan a una nueva versión de nosotrxs mismxs mucho más real que la anterior, dónde había mucha ignorancia y sufrimiento, porque cómo sino íbamos a perdernos, cómo es posible que algo externo haga que el edificio caiga?
Llegar a comprendernos en nuestra totalidad; lo bueno, lo malo y lo regular, con mucho amor y mucha paciencia, y con la sabiduría del que conoce la verdad última, del que sabe que nuestro paso es efímero y que trabaja día a día en ser, en amar, en abrazar el todo, sin perder ni un instante.
Muchas gracias y perdón,
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!
