Recuerdo mis primeras clases de danza, no coordinaba izquierda y derecha, no era capaz de seguir el ritmo ni entrar en el tiempo, pero no paraba de reírme, no me importaba hacerlo bien o mal, sólo quería sentir mi cuerpo, dejarle expresarse.
Después de practicar un poquito más me fui a Senegal, a la Ecole de sables, dos semanas de danzar, de compartir, de sentir. Recuerdo mi poca retentiva con las coreografías, a lxs super bailarines que formaban el grupo, pero eso no me desanimaba porque cuando venía ése discurso a mi mente me recordaba porqué había llegado hasta allí, cuál era mi motivación y era simplemente poder bailar durante 7 horas al día al ritmo del tambor y del sol.
Hoy he vuelto a clase después de un tiempo de parar, nuevamente sin expectativas, solamente por el mero disfrute, por conectar con mi ser profundo que pide marcha, que pide que le permita volar y llegar a lugares insospechados, y así ha sido.

Si no nos ponemos trabas, si dejamos de intentar ser perfectxs, de controlarlo todo, de querer ser lxs mejores, de compararnxs y nos dejamos fluir por el momento, seremos lo que hemos venido a ser, lo que somos, bellas flores de todos los tiempos.
Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese el sufrimiento y sus causas,
Pueda yo hacerlo!