Hoy en mi paseo me he encontrado con tres niñas de unos ocho años que estaban en el patio disfrutando del recreo. Me han saludado y preguntado si tenía tiempo, mi respuesta ha sido que para qué, y me han contestado que para hacerme un baile. Se han colocado en posición y ha empezado la obra de baile y cante. Cuando han acabado les he aplaudido y nos hemos intercambiado gracias.
Dos ideas que rescato de esta maravillosa experiencia.
La primera es recordar, que hubo un tiempo en el que bailaba y cantaba sin importar el resultado, en el que mi hermana y yo, mano a mano ensayabamos coreografías porque era divertido, sin intención de mostrar, ni pretender, ni nada de nada, sólo disfrute y presente.
La segunda es que ha medida que crecemos, a veces, se nos olvida ser espontáneos, nos ponemos máscaras, nos escondemos en deberías y se nos olvida actuar desde nuestra naturalidad, desde lo que somos realmente, sin importarnos la respuesta del/la otrx porque lo único que estamos es siendo, sin autolimites, ni autocrítica, sólo ser.

Recobrar a cada instante nuestra verdadera naturaleza y dejar que de rienda suelta a su imaginación.
Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podamos hacerlo!