Estos días de silencio y de desconexión y conexión absoluta, o la que se ha podido más bien, han dado para mucho. No tenía ni libreta, ni móvil, ni nada dónde apuntar, así que ayer cuando recuperé el bolígrafo anoté algunas de las cuestiones que he vivido y quiero compartir, pero que se irán plasmando a medida que sienta que quieren surgir, que es el momento de darles luz. Hoy quiero mostrar un descubrimiento.
En una de estas tantas horas meditando, o tratando al menos, empecé a soñar, a divagar, a imaginar un futuro, a idear. Recordé que cuando era pequeña solía hacer esta práctica para dormir, quizás me preocupaba un examen, o que un chico no me mirara pero llegados a un punto de pensarlo optaba por dejar volar la imaginación y permitir que otras posibilidades surgieran.

Hoy, al volver al mundo, lo he compartido con mi hermana, y ella hacía exactamente lo mismo. No sé si nos lo enseñaron, si es un mecanismo de defensa, de no afrontar, pero la verdad es, que lo siento más como una mirada hacia las infinitas posibilidades que existen reconociendo y aceptando la actual y de permitir que la vida sea un sueño dónde nosotrxs somos los constructorxs.
Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podamos hacerlo!