Hace un frío del carajo, tres grados, cojo la bici, me pongo música y comienzo a andar. A medida que voy bajando cuestas las lágrimas y el moquillo comienzan a aflorar, las manos pierden sensibilidad y la nariz comienza a enrojecer. Del mismo modo empiezo a sentir el momento, la libertad al desplazarme a mi ritmo, con mi pulsión, la música sonando de fondo, el instante, el sol y la sonrisa profunda, no importa dónde voy sino dónde estoy ahora.
En una moneda hay dos caras, en la vida también. Podemos fijarnos en lo no confortable, o en lo confortable, en lo bueno, o en lo malo, en los ratitos serenos o en el vaivén.
Todos estos momentos componen nuestro día pero no lo determinan. Observar nuestro foco y agradecerlo todo.
Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!
