En ocasiones resulta complicado no caer en el precipicio; sabes que no deberías, que no es bueno para tí, que no hay nada de tí en ese lugar, tus amigxs, familia e incluso algunxs conocidxs te avisan de lo que puede pasar si saltas, y aún así, zas, estás dentro.
Es como si hubiera una fuerza centrífuga dentro de tí que te llevara a obviar lo que te dicen y lo que tú ya sabes y te hiciera lanzarte hacia esa caída.
Si pasa es porque ha de pasar, porque hay algo que reaprender, reconfigurar… Pero en nuestras manos está también la opción de hacer caso a nuestras tendencias que dicen: que más da, haz lo que quieras, eres libre, o a la sabiduría del que comprende que no quiere sufrir y que se va a esforzar para que no suceda de nuevo, con consciencia, paciencia y amor.

Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!