A veces parece que hasta que no nos quitan algo no nos damos cuenta del valor que tiene. En esta ocasión es poder pasear, abrazar a gente, pisar la hierba, ver el mar, viajar…, y tantas y tantas cosas, tantas que la lista podría ser interminable.

Y qué pasaba antes de la privación? Que me quejaba por el trabajo, por ir al parque de siempre todos los días, por no tener tiempo para mí, por no encontrar a esa persona con la que estar, las otras no debían servir, por no poder llevar a cabo mis aspiraciones y me perdía lo más importante: lo sencillo.
Cuando la marea pase que éste aprendizaje cale tanto que no se nos pueda olvidar, aunque traiga consigo el llanto, la angustia y la realización de la incertidumbre.
Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!