A veces se enciende la polvorilla en mí; el discurso incoherente, la demagogia, el me da igual todo yo continúo y el te paso por encima. Me dan ganas de dar un golpe en la mesa, de decir cuatro cosas y soltar: ya basta.
Normalmente trato de que la mecha no llegue a encenderse, me recuerdo quién soy, para qué estoy aquí y cómo quiero vivir, vuelvo al amor y a darme cuenta de que lo mío, también es un discurso. Y así, poco a poco, me desarmo, y a su vez, me armo.
Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!
