Hoy he vuelto a saborear la mandarina como hacía tiempo que no hacía. Poco a poco, pelarla, su olor, su color, meterla en la boca, sentir su líquido en la lengua, su sabor en mi garganta, tragar y coger otro gajo y repetir el proceso, uno tras otro, sintiendo lo que hacía.
A veces hay que parar para ver, otras veces hay que caer para apreciar, otras simplemente te levantas conectadx y surge sólo, sin pretensión, nada casual pero si causal. Me encantan esos instantes de vivir de verdad.

Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!