Despertar, ducha, salir a la sala de meditación en mitad de la noche, con el cielo estrellado y la luna llena. Permanecer en ella dos horas, con los pensamientos, el sueño, la respiración, el silencio, sin querer mirar y a veces mirando, concentrada o no, aceptándolo todo.
Salir, sigue siendo de noche, ese momento en el que ni los animales están despiertos. El silencio absoluto unido a nuestras pisadas en las piedras. Los bostezos, las ganas, la falta de ellas, el presente, la vida.
Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!
