Once, hamaika, eleven, se dice pronto la verdad. Aunque el tiempo haya volado los minutos no tanto, a veces todavía rascan la garganta y vuelves a ver la película en cámara lenta: Marisol, Enya, la respiración, el final, las lágrimas y la congoja, el vacío.
El tiempo y los minutos me han enseñado mucho, han hecho que la construcción cayera y surgiera una nueva, una que valiese para el nuevo día a día y desde ahí me muevo ahora, con su todo claro, siempre agradecida por haber podido compartir y recibido tanto amor.

Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!