Me encantan los momentos sin agenda, sin horarios, en los que te permites sentir el instante y hacer lo que te surja en ese momento. En realidad estés dónde estés, si estás presente, no existen las manecillas del reloj, la cuestión es que no siempre nos resulta sencillo estar ahí, a veces invaden las prisas, la mente, la cuadrícula.
Por eso, cada vez que soy consciente de la belleza de la improvisación y de lo que depara el día si lo vivo en su totalidad me invade la alegría y la serenidad, el júbilo de vivir.
Guardar estos momentos, agradecerlos, y permitir que otros vayan surgiendo, abriendo la estrechez mental y sus códigos obsoletos.

Muchas gracias y feliz día!
Ojalá todos los seres seamos felices,
Ojalá cese nuestro sufrimiento y sus causas,
Podemos hacerlo!